La falta de lluvia es una gran preocupación tanto en poblaciones como en zonas rurales de un importante sector de la provincia y del país, para lo cual ya muchos municipios y comunas han decretado la emergencia hídrica ante la escasez de este vital elemento para la salud.
En ese sentido, el intendente Carlos Briner propuso elaborar un conjunto de normas para aplicar por cada municipio o comuna en su jurisdicción a fin de evitar más contaminación en recursos acuíferos y promover el consumo de agua en forma responsable y solidaria.
“Debemos cuidar el agua que nos queda, mientras vayamos diagramando los cursos a seguir en relación a esta enorme crisis hídrica que repercute en las cadenas alimentarias, precios, etc. Sin agua no hay vida”, dijo el jefe municipal.
A la vez, advirtió que esa carencia, hace aparecer enfermedades como el dengue en forma regional o de parches en lugares donde quedan reductos de agua estancada y contaminada.
En nuestro caso, sugirió que aguas arriba del río Ctalamochita, en diques y embalses, se evite el uso de embarcaciones propulsadas por nafta, gasoil, etc. y cualquier otro elemento que contamine el agua.
Como ideas para elaborar ese conjunto de normas, instó a una gobernanza colaborativa cuidando el ecosistema en un contexto de crisis climática,; cuidar todo el sistema de cañerías y canillas de nuestra casa y trabajo; regar a horas tempranas; evitar el uso de mangueras; utilizar baldes para lavar un automóvil y otras actividades tendientes a reducir el desperdicio de agua que, si bien no representan un cambio demasiado abrupto en el estilo de vida de las personas, tienen un impacto grande a largo plazo en el medio ambiente.
