Darío Fo (1926-2016), actor y escritor de teatro italiano ganador del Premio Nobel de Literatura de 1997, sostenía que “Hay que tener muy claro que sólo se convierte en payaso después de un trabajo constante, disciplinado, esforzado y una intensa práctica de años de trabajo. Ser payaso no es un oficio improvisado”.
Esta referencia nos sirve de introducción para saludar a Jesús el circo, un payaso muy activo que, desinteresadamente se hace presente en toda convocatoria artística y musical que organiza la Municipalidad, entreteniendo, dando muestras de cariño y robándole sonrisas a los espectadores de todas las edades.
La actividad de nuestro querido personaje arrancó en el año 2006. Desde niño jugada en su casa como dueño de un circo, haciendo “actuar” a su familia y obviamente cumpliendo él el rol de la principal figura del espectáculo circense.
Hay innumerables gestos solidarios de este joven y uno de ellos sus amigos la atesoran en sus corazones: en plena pandemia, sobre un carrito estacionado en el bulevar Ascasubi, junto a su hermanito disfrazado de Barney, obsequiaban golosinas a los niños que pasaban por el lugar.
Su mamá recordaría luego que las golosinas fueron adquiridas por su hijo con lo que cobró por distintos trabajos o changas que realizó en los días previos.
Ese enorme gesto de abrazo y empatía se dio en una jornada de muchísimo calor. Por eso, uno de sus mejores amigos lo invitó a tomar una gaseosa ya que ni para ese gasto mínimo le había quedado dinero en sus bolsillos.
Jesús, se ha convertido en un apoyo para escuelas, merenderos y demás instituciones que lo convocan cuando hay niños en la reunión.
Con la llegada de cada circo a la ciudad, él procura vincularse con los payasos y prueba de ello es que el primer pantalón que utilizó en su personaje, se lo regaló un clown de una compañía circense.
Su corazón de payaso sigue latiendo por la niñez y sus sonrisas, por su solidaridad, empatía, cariño y dedicación plena, aunque todos nos preguntamos si Jesús no se irá con alguno de los circos que ocasionalmente pasen por la ciudad. Él tiene todo el derecho de soñar y cumplir los sueños; nosotros lo seguiremos guardando en nuestros corazones como una de las cosas lindas e inolvidables que nos regala la vida.
¡Feliz cumpleaños Jesús…por muchas sonrisas más!
