El 18 de agosto de 1942, por Ley Provincial Nº 3.998, se expropiaron las tierras de la hoy Reserva Natural Parque Francisco Tau, lo que permitió la conservación del lugar para la comunidad resguardando principalmente su flora y fauna ya que por el mal uso que la sociedad le daba, corría serio riesgo de desaparición o alteración significativa de todo el ámbito natural de ese amplio espacio.
Este verdadero orgullo de los bellvillenses tiene la categoría de “Reserva Natural”, por lo que es un área protegida de gran importancia para la flora y fauna existente.
Con una Comisión Ejecutiva y Municipalidad, se trabaja activamente en diferentes frentes como: Plan de Manejo para erradicación de especies invasoras en La Rinconada, mejoramiento con luminaria led del espacio con readecuación a la Ley Provincial, iluminación autosustentable, reemplazo del piso de la pasarela Alejandro Domínguez, cerramiento perimetral, tendencia a la peatonalización, corrimiento a calle Aquino del cargador de agua para regadores, evitando el ingreso al Parque, nueva entrada por la mencionada arteria al Vivero Municipal, tacho de residuos para cada mesa y asador, cartelería informativa, aula verde o Centro de Interpretación Ambiental y proyectos en ejecución como el recambio de juegos infantiles modernos y temáticos, además de continuos trabajos de mantenimiento.
Sobre esto último, hay que mencionar que cuando llega la temporada estival, se reacondicionan las playas de los dos balnearios, ya que el paso del agua del Ctalamochita va provocando erosiones y transformaciones permanentes.
Aparte de personal municipal que cumple tareas en el lugar y en el Vivero Margarita Malharro de Torres, se dispone de un servicio personalizado en horario diurno, los siete días de la semana, para la apertura del ingreso por avenida del Gaucho a aquellos vehículos que transporten personas con discapacidad o que lleven varios objetos a utilizar en su permanencia en el lugar.
Es el sitio de la ciudad más concurrido para caminantes y deportistas, y no hay bellvillense que no conserve gratos recuerdos del lugar.
Como decimos siempre: “No hay Bell Ville sin el Parque Tau, no hay recuerdos entre nosotros sin ese hermoso espacio verde. En fin…no habría una ciudad tan hermosa como la nuestra sin la querida Reserva Natural, la que necesita que todos los bellvillenses nos involucremos en su cuidado y protección”.
