Año tras año se fortalece en cariño y admiración la visita de los Reyes Magos a la ciudad, valiéndose de unidades de Bomberos Voluntarios, para recorrer distintos espacios y estrecharse en abrazos con los niños. A cambio de una sonrisa, va un presente con golosinas y de inmediato la fotografía de sus padres retratando el inolvidable momento, para que no desaparezca esta hermosa tradición.
A quienes siguen la Estrella de la fantasía y los sueños
Duerme mi niño con la intacta ilusión,
has visto a los Reyes Magos y los guardas en el corazón.
Los viste, los tocaste y te dieron un beso
protegiendo tu inocencia e imaginación.
Mientras que en casa, sobre zapatitos lustrados
reposan los juguetes esperados.
Ya pasaron cumpliendo los ingenuos deseos
con los cuales duermes abrazados.
No es culpa de Melchor, Gaspar y Baltazar
del olvido por lugares pasar.
Es de algunos hombres que han endurecido el corazón,
acabando con la ingenua ilusión.
Duerme mi niño mientras se me escapan lágrimas,
por aquellos que gritan silenciosos por la ausencia
de aquellos reyes de Oriente,
mientras el hombre sigue ignorando sus presencias.
Duerme mi niño, yo pido perdón al Creador,
porque no vimos a nuestro lado a aquellos pequeños
que tuvieron hambre y no les dimos de comer,
tuvieron sed y no les dimos de beber…
Autor anónimo