Melina Villarruel cumple 25 años como empleada en la Casa del Niño, su labor es preparar los alimentos para los pequeños que a diario concurren a ese centro de cuidado infantil.
Lo conoció en 1985 cuando su mamá ingresó a trabajar a la institución. Pertenece a una familia con 4 hermanos más, los cuales todos asistieron a la Casa del Niño hasta culminar los estudios de nivel primario.
Primero ocupó una pasantía en el área de limpieza y ese cargo quedó permanente, pasando como ayudante de cocina y nada menos que con su mamá como cocinera.
La historia no culmina allí, ya que la hija de Melina comenzó a asistir a la institución con el permiso de la entonces presidente de la Comisión Directiva, Sra. Elvira de Garaffo. Fue en el año 2002 e ingresó con 3 años y se retiró al concluir 7º Grado de la escuela primaria.
“Tengo sentimientos de permanencia y como si fuera mi hogar. A lo largo de estos años he visto tantos niños pasar por la institución y todos nos recuerdan con cariño. A pesar que a veces no recordamos sus caras pero ellos, nos hacen revivir aquellos hermosos momentos compartido. Hoy ya son hombres y mujeres de familias cuyos hijos y nietos, han pasado o siguen asistiendo a la Casa del Niño que los sigue a cobijando con mucho amor, como siempre”, dijo Melina muy emocionada al ser homenajeada en la institución.
Por sus 25 años, Melina, que ahora es cocinera reemplazando a su mamá que se jubiló, fue objeto de un reconocimiento especial por parte del personal y de la Comisión Directiva de la institución, encabezada por su presidente, Melva Sartor y su tesorero, Hugo López.