El pasado jueves 8 en el CPCE de calle Gral. Paz esq. Pío Angulo, organizado por la Dirección de Educación y Cultura y en el marco de la XVII Fiesta Nacional de la Pelota de Fútbol, se presentó el prestigioso escritor Eduardo Sacheri, ganador del premio Alfaguara 2016 por el libro La Noche de la Usina, para brindar una entrevista pública en la que, ante sus lectores, habló de sus obras, de la literatura, de sus trabajos llevados al cine y del fútbol transportado a los libros.
Luego de una conferencia de prensa con periodistas locales y de la región, Sacheri, quien llenó la sala, comenzó su disertación con una a charla, amena, divertida y llena de información y recuerdos muy personales y épicos del fútbol, permitiendo así abordar temas profundos.
Confesó que nunca soñó con ser escritor y mucho menos de ficción, “por suerte desde muy chico soy lector, porque tuve la ventaja que en mi casa todos leían. En ese entonces Patoruzito me conmovió, pero también lo hicieron Julio Verne, Alejandro Dumas, Cortázar, Borges, García Márquez y Emilio Salgari, que los nombro como si fueran una formación de fútbol”, agregó el escritor, acentuando que hasta hoy, le sigue emocionando leer.
“Empecé a escribir para un público reducido, mi mujer y mis amigos. Como algunos de mis cuentos tenían que ver con el fútbol, le envié algunos a Alejandro Apo, que conducía “Todo con afecto” por radio Continental”, indicó. Apo leyó algunos de sus cuentos en radio: ese primer empujón atrajo lo que vino después.
Sacheri publicó su primer libro, “Esperándolo a Tito y otros cuentos de fútbol” (2000), y a partir del éxito de esa obra, pudo hacerlo con otros. En 2001 apareció “Te conozco Mendizábal”. Después vendrían “Lo raro empezó después”, “Cuentos de fútbol y otros relatos” (2004), “Un viejo que se pone de pie y otros cuentos” (2007), y las novelas “La pregunta de sus ojos” (2005; Alfaguara, 2009), adaptada al cine por Sacheri y Juan José Campanella. El secreto de sus ojos –ese es el título de la película, que vieron dos millones y medio de personas- les valió nada menos que un Oscar a la Mejor Película Extranjera, y significó el ingreso de Sacheri a las listas de best Sellers.