Los desmanes de autores anónimos sobre las cinco viviendas sociales que las propias familias construyen en terreno asignado por el municipio, recibieron un unánime rechazo de la comunidad y que se evidenció en medios periodísticos y redes sociales.
Además, las familias afectadas recibieron mensajes alentándolos a continuar con la tarea y a no desanimarse, pese a estos hechos.
Vale recordar que desde el año pasado, el plan de viviendas sociales “Construyamos Juntos”, es víctima de sucesivos robos y hechos vandálicos. La desaparición de herramientas, elementos de trabajo (maderas y reglas metálicas), materiales de construcción (ladrillos y arena) y destrozos en las tareas realizadas, son hechos cotidianos.
A principios de mayo pasado, los beneficiarios sufrieron el robo de parte del cercado perimetral de obra, unos 12 metros de tejido romboidal (olímpico), y a primera hora del sábado 1 de junio, las familias encontraron más de 10 m2 de muros recién levantados, totalmente destruidos. Por las huellas encontradas en los ladrillos, se pudo deducir que fueron derribados a patadas.
Lo que agrava aún más la situación, es la indignación y el dolor que esto causa en las familias, viéndose reflejado directamente en sus ánimos para seguir con el enorme sacrificio que están haciendo, ya que cada integrante, trabaja en su vivienda después de terminar con su jornada laboral habitual.
Vale destacar que el programa “Construyamos Juntos” se basa en el esfuerzo propio y ayuda mutua de los propios beneficiarios que integran grupos familiares con hijos con discapacidad. La Municipalidad, por su parte, aporta el terreno y los materiales necesarios para levantar la vivienda, una arquitecta en la conducción técnica de las obras y un seguimiento de contención y ayuda por parte de una asistente social.