Dos fueron los oradores del acto por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Uno de ellos, Francisco Favero, un joven estudiante de nivel secundario destacó que “la dictadura militar de 1976 fue uno de los episodios más oscuros y dolorosos de nuestra historia. Fue un tiempo de temor, incertidumbre y sufrimiento donde la violencia y la represión eran la norma. Aunque han transcurrido muchos años, las heridas todavía permanecen y debemos recordar este doloroso pasado para seguir construyendo un futuro mejor”.
Dijo a continuación: “Los jóvenes tenemos un rol crucial en esta tarea. Aunque muchos de nosotros no vivimos en carne propia ese período, es nuestra responsabilidad conocer y aprender de nuestra historia para no repetirla. Debemos honrar a aquellos que lucharon por la libertad y trabajar juntos para construir un país más justo y democrático”.
Luego solicitó que los jóvenes se involucren en las problemáticas sociales, participando, comprometiéndose y defendiendo los derechos, luchando por lo que consideran justo. “Así marcamos la diferencia y logramos cosas enormes”, remarcó.
Finalmente, instó a “mirar hacia adelante, comprometido a construir una sociedad mejor, recordando siempre el pasado y aprendiendo de él para que esto nunca más se repita. Nunca más”.
Luego, el secretario de Gobierno, Agustín López, hizo una reflexión “de alguien que nació con posterioridad a esos hechos, porque soy un hijo de la democracia ininterrumpida que está próxima a cumplir 40 años”.
Tras resaltar más adelante todos los procesos dictatoriales, dijo que “los golpes fueron cívico-militares. Siempre, absolutamente siempre la ciudadanía acompañó esas atrocidades y a su vez, en todos los casos, se dispusieron amnistías para los responsables de esos procesos”.
Al aludir a los levantamientos carapintada, recordó que “en esa oportunidad la sociedad toda, sin distinción de colores políticos salió a las calles a defender la democracia”.
Mas adelante resaltó que “la convicción de toda la ciudadanía hizo posible que el Nunca Más sea definitivo y no una mera proclama”.
Solicitó encolumnarse en acuerdos básicos para un desarrollo y convivencia social, construyendo un futuro pensado en las próximas generaciones. “Como hijo de la democracia pretendo que esa sociedad insista en nuevos acuerdos, donde la salud, la educación, el trabajo y la seguridad, sean puntos de encuentro y no una constante y permanente grieta”.
Y concluyó: “La democracia que hoy está a punto de cumplir 40 años, necesita de todos, porque en nuestra Argentina no sobra nadie y cada individuo debe aportar su esfuerzo para que cada día seamos mejor, porque el bienestar de cada uno está ligado al bienestar de todos. Ninguno de nosotros realmente gana hasta que todos ganamos. En esos pilares hay que construir la democracia, manteniendo la memoria, la verdad y la justicia, pero unidos a los desafíos actuales”.